viernes, 13 de diciembre de 2013

Vaivenes de la Banca y privatización

Del rescate de los bancos al Fobaproa

La Banca Múltiple, que nace a instancias del gobierno en 1976, curiosamente por firma del secretario de Hacienda en aquel entonces, José López Portillo, llegó a acumular un inmenso poder político y económico, en donde sentían que nadie y los podía frenar.
Empero, el mismo que los crea, ya como presidente de la República, José López Portillo, en 1982 nacionalizó a la banca  con el fin de "frenar las tendencias monopólicas" e impedir que el futuro económico del país estuviera en manos de unos cuantos.
Sin embargo, el 1º de mayo de 1990, el presidente de la República anunció que privatizaría la Banca. Esta vez no se volvía a la situación que prevaleció hasta 1981, donde la Banca era una concesión del Estado. Ahora se iba más allá: se privatizaba.
Ese mismo mes, pero el día 17,  el secretario de Hacienda, Pedro Aspe, anunció que el gobierno se desprendía de la Banca porque no se justificaba que el Estado poseyera esos cuantiosos recursos "mientras exista la incuestionable e impostergable obligación de dar respuesta positiva a las enormes necesidades sociales".
Un sexenio después a esa banca que se enriqueció, el presidente Ernesto Zedillo los rescata endeudando por generaciones al pueblo mexicano.
El Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa), y su sucesor Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), convirtió  las pérdidas económicas de los bancos privados en deuda pública, con momentos estratosféricos que se siguen cubriendo.
Este suceso se ha convertido en el mayor desfalco monetario al país en los últimos tiempos, llamado también el fraude o el robo del siglo, ha sido un ejemplo claro de cómo el gobierno federal mexicano es altamente vulnerable a los intereses privados, y al mismo tiempo, un enorme negocio de las cúpulas de poder.

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